Vemos esto con dolor privado de derechos, que, según Kenneth J. DokaPhD, profesor emérito de la Graduate School of The College of New Rochelle, es el duelo que experimentan las personas “cuando incurren en una pérdida que no es o no puede ser reconocida abiertamente, lamentada públicamente o apoyada socialmente”.
Lo más probable es que haya experimentado un duelo privado de sus derechos en algún momento, tal vez durante su última gran ruptura o cuando falleció su perro de la infancia. Sin embargo, el hecho de que su situación no encaje con el molde de duelo de la sociedad no significa que no deba validarse y procesarse. Omitir esos pasos tan importantes puede tener un impacto perjudicial en su salud mental y puede sentirse aislado y sin apoyo.
Situaciones que pueden conducir a un duelo privado de derechos
Megan Negendank, LMFTfundador y director ejecutivo de Love Heal Grow Consejeríadice que el duelo privado de derechos puede surgir de varias circunstancias: perder una mascota, aborto espontáneo o muerte fetal, cambios de salud o pérdida de habilidades físicas, un cambio en la identidad laboral (por ejemplo, dejar un trabajo o jubilarse), mudarse o perder a un amigo o familiar que la sociedad no consideraría una pérdida significativa.
Debido a que no creamos un espacio para el duelo por estas pérdidas (la mayoría de los lugares de trabajo no ofrecen duelo por abortos espontáneos o la adaptación a una nueva enfermedad crónica), sus sentimientos pueden reprimirse. De hecho, Negendank dice que podemos decirnos a nosotros mismos que no debería estar de duelo, y podemos terminar sintiéndonos especialmente solos en nuestro duelo durante estos momentos.
Los signos y síntomas pueden no ser tan sutiles
Dra. Marisa G. Francoprofesor, orador y autor del próximo libro platónico, dice que el duelo privado de derechos puede manifestarse como una sensación de estancamiento durante mucho tiempo. “Cuando no lo superas, no hablas de ello ni minimizas tus propios sentimientos, estás atrapado en un duelo privado de tus derechos”, dice. El Dr. Franco también señala que el duelo privado de derechos puede causar sentimientos de vergüenza porque te hace sentir «otro». Con el tiempo, la abrumación y el aislamiento provocados por el duelo privado de derechos pueden conducir a la depresión.
Sepa que puede hacerle frente y encontrar formas efectivas de seguir adelante
Su pérdida puede desviarse de lo que la sociedad considera «normal», pero eso no significa que deba tratar de superar su dolor. Negendank dice que es importante practicar la autocompasión mientras navega por estos sentimientos difíciles y se conecta con otras personas que han lidiado con tipos similares de pérdida. Esto puede verse como ejercer menos presión sobre ti mismo para ser tan productivo como lo harías normalmente, o unirte a un grupo de apoyo. Negendank también apunta a llevar un diario y leer libros que se relacionen con el tipo de pérdida que estamos sintiendo como una forma de sanar.
La ayuda profesional también puede ser beneficiosa, ya que puede ofrecer mecanismos de afrontamiento y perspicacia. “Hable con un terapeuta que se especialice en el duelo o en las transiciones de la vida”, dice Negendank. Tienen experiencia trabajando con clientes que han estado en posiciones similares a las suyas y pueden ofrecer un entorno seguro y sin prejuicios en el que puede superar su dolor.
El Dr. Franco enfatiza que debemos experimentar nuestras emociones. “Llora, escucha música, habla con personas en las que te sientas seguro”, dice. El apoyo social durante este tiempo es primordial, ya que puede recordarnos que no estamos solos. Sobre todo, el Dr. Franco dice que podemos tener en cuenta nuestra humanidad común cuando experimentamos un duelo privado de derechos: «Muchas personas han sufrido por una situación similar en la que nos encontramos, como perder a un amigo, por ejemplo». Aunque podemos sentir solos, no estamos solos.
Tanto Negendank como el Dr. Franco destacan la importancia de validar nuestros propios sentimientos. Esto nos recuerda que está bien sentir nuestro dolor y nos ayuda a dejar de lado gran parte de la autocrítica que surge durante este tiempo. Y eso, a su vez, crea más espacio para procesar nuestros sentimientos y seguir adelante.