El maquillaje de envejecimiento es un género de maquillaje de caracterización. Es una técnica que se emplea tanto para caracterizar a los actores de teatro como en un disfraz de Halloween o sencillamente en un juego entre pequeños. Si deseamos lograrlo, existe la técnica con látex para FXs, si bien hay otras técnicas mucho más fáciles que no necesitan mucho más que los modelos que contamos en el hogar.
Maquillaje avejentado
El maquillaje avejentado pertence a las herramientas mucho más usadas en el teatro. Por este motivo, debe realizarse perfectamente puesto que todos y cada uno de los datos tienen que verse desde la última fila de asientos. Un óptimo acabado es dependiente de la aptitud de los actores y actrices para trasmitir la esencia del personaje y de que los espectadores logren conocer toda la expresividad de su rostro. Asimismo es primordial, una vez modelados los volúmenes, marcados los inconvenientes y los surcos de la piel, añadir un fijador que inmovilice el maquillaje avejentado a lo largo del mayor tiempo viable. Y mucho más sabiendo la considerable suma de focos a los que va a estar sometido a lo largo del tiempo que dure la función.
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¿Cuál es su relevancia?
La relevancia del maquillaje avejentado es, en términos artísticos, primordial para llevar a cabo creíble una historia.
A fin de que quede mucho más claro, supongamos una historia, así sea de cine, televisión o teatro, donde va a mostrarse un personaje tanto joven como viejo. Como es lógico, las leyes de la naturaleza hacen que esto sea irrealizable (salvo en casos impresionantemente extraños, como la película Boyhood, que se rodó a lo largo de 11 años, con exactamente el mismo actor mostrándose en distintas edades durante la película). la película), con lo que solo debemos recurrir a una de 2 opciones: o contratar a 2 actores afines de distintas edades, o utilizar maquillaje avejentado.
Perder la identidad del rostro «real»
Cualquier exceso es amenazante y lo que ocurre con el maquillaje es que en el momento en que se utiliza con mucha continuidad hace una suerte de «segundo rostro», cuyo rostro es la que se emplea para salir en cualquier sitio público.
¿Y eso? sencillamente que ese segundo rostro se transforma en “EL” rostro más especial, con el que todos te conocen y te identifican. ¿Qué ocurre con la cara original? Resulta que en ocasiones; A esta absolutamente nadie la conoce, por el hecho de que jamás te has exhibido públicamente sin maquillaje.